¿Rioja o Ribera? : el necesario paso adelante
España está a la cola de Europa en lo que a consumo de vino se refiere. Según las fuentes consultadas apenas llegamos a los 20 litros por persona y año. Un dato que llama la atención teniendo en cuenta que somos el tercer productor mundial y el primero en superficie de viñedo.
Tomando como referencia la consecha de 2011 comprobamos que la uva más cultivada es la Airén, con un 23,5% del total. Variedad esta que se utiliza en gran parte para la obtención de alcohol vínico y que aparece de forma testimonial en el coupage de los vinos enbotellados en España.
De hecho, pensando que podía ser víctima de mi propia ignorancia he probado a filtrar una búsqueda en Vinissimus por el tipo de uva y el resultado es esclarecedor. Aparecen 6 vinos elaborados en parte o en su totalidad con airén. SEIS vinos que llevan algo de airén en una web con más de 4000 referencias se antoja algo ridículo si hablamos de la variedad más común del pais con la mayor superficie de viñedo del mundo. Repitiendo la búsqueda con tempranillo, la segunda variedad más plantada en España, encontramos en Vinissimus nada menos que 860 vinos, y eso sin contar los elaborados con tinta de Toro u otras variedades de Tempranillo.
Empiezo a intuir por qué teniendo más superficie de viñedo que nadie producimos menos que, por ejemplo, Francia e Italia. El granel tiene parte de culpa pero no es el toro que mató a Manolete. En el fondo aparece nuestra eterna habilidad para vendernos mal de puertas para afuera.
¿Que pasa en España?
Mi opinión es que el vino como bebida de masas, como hecho cotidiano, como algo natural, se ha perdido en detrimento de la cerveza. Ahora el vino es para la mayoría una bebida propia de restaurante, de salir a comer o de reunión familiar. Y como tal lo entienden en los bares, al menos en la mayoría, en los que pedir un vino supone beber un líquido helado en una copa de mierda. Eso sí, a menudo precedido de la eterna pregunta…
¿Rioja o Ribera?
Rioja y Ribera del Duero (con el permiso de Jerez) son dos de las DO más importantes del mundo. Regiones con tradición vitivinícola centenaria y calidad a raudales. Pero ya va siendo hora de dar un paso adelante e ir más allá. ¿A que cuando pides un Whisky no te preguntan «Escocia o Irlanda»? Quedarse en la DO a la hora de presentar un vino es estúpido y propicia el desinterés general por parte del consumidor. Hay vinos de Rioja o Ribera únicos, de clase mundial, y también los hay infumables. Igual que whiskys en Escocia, mire usted. Por eso hay que empezar a darle protagonismo a los bodegueros, al vino, maldita sea, con el trasfondo o no de una DO como parte de un todo, y no como ente infalible.
Con todo, y a pesar de la falta de implicación de alguna de las partes que intervienen en el proceso, tengo la certeza de que algo está cambiando a mejor. El interés y las ganas de conocer de las nuevas generaciones parece ir en aumento. Y si esto es así lo es gracias en gran parte a la admirable la labor de muchos divulgadores, aficionados, bodegueros, tiendas, distribuidores, vinotecas, locales varios y consejos reguladores, empeñados en difundir la cultura del vino en un pais como el nuestro, en el que es fácil y muy barato acceder a vinos excelentes que merecen por muchas razones ocupar de nuevo un lugar importante en nuestra cotidiana realidad.
Y para terminar una anécdota que guardo fresca en la memoria.
Hace un mes estuve en Granada con mis amigos. La noche de nuestra llegada fuimos a cenar a un asador. En la carta no había rastro de los vinos (otro fallo imperdonable) y tras pedir alguna referencia a la camarera se limitó a decir que tenían un Rioja «de la casa» que estaba muy bien. Le pregunté si había algún vino de Granada y nos trajo una botella de Cortijo el Anchurón 2006 que nos supo a gloria. Pedimos otra más e intentamos una tercera, pero no les quedaban más y terminamos con ese Rioja de la casa, tan correcto como intrascendente.
Demos al vino la dimensión que merece y el vino nos lo devolverá con creces.