Bodegas El Gato: La Tintilla de Rota en su medio natural

A mediados del pasado Siglo XX había en Rota no menos de 20 bodegas dedicadas a la crianza de diferentes tipos de vino. Entre ellos destacaba un vino dulce de carácter muy singular, elaborado al 100% con una uva autóctona y casi extinguida, la Tintilla de Rota.

A día de hoy solo queda una bodega en Rota que afortunadamente, y por lo que pudimos comprobar el pasado Jueves 20 de Junio, se encuentra en plena forma.

Llegamos a la bodega minutos antes de la hora señalada para la visita. Allí nos esperaba, atenta y amable, Laura López Martínez, tercera generación de esta familia de bodegueros iniciada por su abuelo, Juan Martínez “El Gato”.

Primero nos enseñó la licorería anexa y el despacho de vinos, que también son parte del negocio. Posteriormente pasamos a la bodega, acompañados ya por José Antonio Rodríguez, sumiller encargado de la cata y presentación que nos prepararon sobre el gran tesoro de la corona, la Tintilla de Rota.

Cabe decir que El Gato se encuentra en una localización privilegiada dentro de la villa de  Rota. Su sede central está situada en la Avenida de San Fernando, en pleno centro de la ciudad, aunque cuentan con otras instalaciones dedicadas exclusivamente a la crianza de sus vinos.

Una vez dentro de la bodega e inmersos en la visita, pudimos comprobar la metodología clásica y entrañablemente familiar que envuelve cada botella que comercializan.

A la par que iba terminando el recorrido por las instalaciones, Laura nos invitó a subir a la planta noble de la bodega. Sala de catas y muestras, muy intima y acogedora. Nos acomodaron, nos facilitaron diverso material a la sazón y comenzó la presentación que precedía la cata.

En la presentación, el sumiller Jose Antonio Rodriguez nos brindó una exposición de calidad en la que pudimos aprender la historia, la metodología y alguna anécdota relacionada con el vino de Tintilla de Rota.

El proceso de elaboración dista mucho de lo típico, es un vino de licor tradicional y único, que recoge en su esencia siglos de ensayo-error y que muestra como resultado un vino dulce, con toques poco comunes y recuerdos propios de su lugar de elaboración, así como un marcado carácter, fruto entre otras cosas de la utilización del clásico método de soleras y criaderas. Ahora entraremos en materia.

Tintilla de Rota

La Tintilla es el resultado evolutivo, dentro de una comarca muy concreta y unas condiciones climáticas muy específicas y condicionadas por la cercanía del mar, de la variedad más conocida fuera de Cádiz como Graciano. Es decir, que se trataría en ambos casos de la misma casta, aunque de ambas salgan vinos radicalmente diferentes y por tanto Tintilla y Graciano sean únicas, cada una a su manera.

Llegado el tiempo de vendimia, la Tintilla J. Martínez de Bodegas El Gato (recolectada íntegramente en Rota) se solea durante 7-10 días. Posteriormente, y tras eliminar el raspón, se introduce la uva en botas y se añade arrope directamente obtenido de tintilla. El resultado se «pisa» en la propia bota hasta dos veces antes de pasar a la prensa. Posteriormente el mosto vuelve a las botas y se encabeza antes de pasar a la crianza oxidativa por el clásico sistema de soleras y criaderas.

Cabe destacar que las peculiaridades de esta variedad la dotan de muy poco rendimiento por cepa. Sus racimos pequeños y grano suelto provocan de hecho que parte de la cosecha se pierda incluso antes de la vendimia, que SIEMPRE se realiza de forma manual.

Hoy en día, el J.Martínez Tintilla de Rota se elabora única y exclusivamente a partir de las poco menos de 2 hectáreas de terreno cultivado con esta variedad que prácticamente quedan en el término territorial roteño. Las cepas cuentan con una media de 12 años y dejan de rendir aproximadamente a los 30 años de edad.

Un vino histórico

El Tintilla de Rota fue ampliamente exportado como vino de nivel entre los Siglos XVII y principios del XX. Los mayores importadores eran Reino Unido, Paises Bajos y diversos paises centroeuropeos, donde además de ser consumido por ciudadanos y nobles de cierto poder adquisitivo, era usado como vino sacramental, sobre todo en UK.

Ya en la cata pudimos disfrutar del J. Martínez Tintilla de Rota en su espendor. En este caso probamos el más joven de los tres Tintilla que comercializa El Gato.

Nos lo sirvieron algo fresco, a su temperatura ideal para esta época del año, y sirvió de aperitivo ideal a unas chacinas y chicharrones de la tierra.

A nivel VISUAL me recordó a mucho a los Cream propios del marco de Jerez, por su capa y color ámbar profundo.

En NARIZ se percibía en primera instancia un intenso aroma a uva pasa con ciertos apuntes de salinidad que ofrecen un contrapunto muy evocador y recuerda inmediatamente a su lugar de procedencia. Salían también notas de regaliz y arazú de palo.

En BOCA es delicioso e invita a seguir bebiendo, ya que a pesar de tratarse de un vino dulce, cuenta con un equilibrio muy conseguido. No empalaga y es sorprendentemente expresivo, lleno de matices. De hecho, y a pesar de su dulzor, se aprecia a la perfección una marcada acidez, así como notas evidentes de salinidad y algún toque amargo. Aquí se nota claramente que la protagonista es una uva tinta y a todos nos invadió la sensación de estar probando algo diferente y único.

Encantará a los amantes de los vinos dulces más típicos de Andalucía y enganchará sin remisión a aquellos que se empalagan fácilmente con ellos. Este Tintilla pide más.

NOTA GLOBAL:    8

Una vez finalizada la cata, y previo paso por el despacho para adquirir alguna botella, Laura nos comentó que del 17 al 31 de Agosto tendrá lugar en la sala de exposiciones de la Torre de la Merced una exposición sobre la Tintilla de Rota que cuenta con un interesante programa de conferencias y catas.
Tanto si os pilla veraneando por Cádiz como si no, puede ser una oportunidad perfecta para conocer y disfrutar de la Tintilla en su medio natural y original.

Y no olvidéis pasar por la Bodega. Decid que vais de nuestra parte 😉